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martes, 25 de septiembre de 2018

MI NOMBRE ES ABIGAIL ANDREA Y LES CUENTO MI TRISTE HISTORIA...PARA REFLEXIÓN Y ENSEÑANZA...


No se en que momento me fui quedando sola, lejos de mi familia y amistades.
Encerrada  o encarcelada sin barrotes en mi casa, con el único aliciente de vida ...El amor y compañía de mis adorados hijos.
Atormentada y maltratada física y sicologicamente por el padre de mis hijos, quien poco a poco  me fue aislando de todo y de todos con mentiras y prepotencia, dejando mi día a día bajo el temor y la tristeza.
No se en que momento me convertí en sirvienta de el y sus amigos sometida a horrible vejaciones...
No se en que momento cambió, la bella persona de la cual me había enamorado, ese ser que hacía todo por hacerme feliz, pero lo que si se... es que se dejó arrastrar por el alcoholismo y las drogas que destruyeron todo lo bueno que había en el, y me fue arrastrando a su perversa y miserable vida.
No se en que momento pude pensar que el podía cambiar, intenté ayudarlo y me fui quedando a su lado con la esperanza de que volviera a ser el ángel que me enamoró.
Ese fue mi gran error, cuando quise liberarme de esa vida , me detuvo  bajo amenazas de dañar a mis hijos y a mi, si pretendía dejarlo.
En ese momento se acabó el amor y el respeto, solo fue creciendo el miedo y la impotencia de no encontrar una salida a la libertad y una nueva vida para mi, y especialmente para mis amados hijos, a los cuales he intentado todo por mantenerlos lejos de todo este drama, a costa de tener que aceptar de participar en la noche de situaciones indecentes con gente que llegan invitados por el, para seguir teniendo a mano el alcohol y la droga a su disposición.


Con todo lo que he estado viviendo he pensado muchas veces huir o quitarme la vida, pero jamás dejaría a quienes mas amo en una situación de desventaja y sufrimientos.
No se en que momento tuve el valor de escapar de tanta tristeza, de tanto dolor, la fuerza la tuve cuando escuché a los amigos de mi esposo ofreciéndole una gran cantidad de  droga y dinero para que hiciera bailar a mis hijas con ellos en la noche...Sentí un gran dolor en mi corazón y comprendí que era mas grande el peligro en casa que en cualquier otro sitio.
poco tiempo atrás tenía todo para escapar y justo vi la noticia en televisión que una mujer había sido asesinada con sus hijos por el esposo, el que también se quitó la vida...Eso me hizo retroceder y desistir de la huida.
Más, cuando mi esposo estaba dormido, aprovechamos el momento y teniendo ya todo preparado para salir, logramos dejar la casa y refugiarnos  en la casa de familiares, sin antes de denunciar a mi esposo y sus amigos...
Lloré todo lo que había que llorar, sufrí todo lo que  pensé nunca sufrir y mi gran motivación espiritual fue siempre Dios, que fue quien me dio la fuerza al igual que mis hijos e hijas para soportar y tener el valor y la esperanza de volver a comenzar...

Cuento esta triste historia de mi vida, para quienes estén pasando por lo mismo o una situación similar...No tengan miedo de denunciar y nunca se alejen de la familia, porque es la herramienta que usan los malvados para aprovecharse y dominar bajo el miedo y la desesperación.
Nadie está solo/a, siempre hay alguien que está dispuesto a ayudarte a salir del cautiverio del maltrato y el dolor. Nunca pierdas la fe, ni la esperanza que Dios está atento a calmar tu dolor y soledad...
No permitas que la depresión, por desengaños, decepciones, desilusiones, maltratos y tristezas se adueñen de tu vida, la fortaleza está dentro de ti...

Señor ayúdame a recordar que no importa cuán oscura sea la noche. Tú eres la luz de mi vida, nunca te apagas y siempre me darás un nuevo amanecer.

 En tus manos pongo mi vida, mis metas y mis ilusiones. Guíame hoy y siempre, llena mis días de bendiciones y aléjame de todo mal.
Señor, tu sabes lo que vivo, lo que me preocupa, lo que siento, lo que pienso, lo que me falta y lo que deseo. Tu sabes cuándo lloro, cuando río, cuando estoy en soledad. Cuídame, protégeme a mi y a mi familia, anímame a seguir adelante y acompáñame siempre.
Gracias Dios mío por los momentos buenos y también por los difíciles. Por los que me quieren y también por los que no. Por todo lo bueno que tengo y por lo que está por venir. Por los errores cometidos te pido perdón, te pido por todas esas mujeres que pasan momentos... tanto o más difíciles que lo que yo pasé y sobre todo te doy gracias por estar siempre a mi lado Señor amén.

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