Cuando estás terriblemente ocupado, cuando estás abrumado por todo lo que tienes para hacer, cuando la marcha se va tornando más frenética a cada minuto que pasa, es ahí cuando una actitud calmada y tranquila puede ser lo más oportuno.
Dar un paso atrás y calmarte te hará avanzar mucho más que una energía plena de nervios y ansiedad. Aunque los plazos aparezcan amenazadores en tu mente, van a ir y venir, no importa lo que hagas.
Haz lo mejor que puedas, hazlo rápida y eficientemente, pero no caigas en una vorágine tal que te haga perder la mayor parte de tu energía luchando contra ti mismo. Produce resultados en lugar de sólo generar actividad.
En lugar de solo estar ocupado, sé efectivo. Utiliza tu energía en lograr cosas y no a estar nervioso. Ahora mismo, toma una respiración larga y profunda y date cuenta de que estás marcando una diferencia.
Deja ir la ansiedad. Experimenta la alegría de estar concentrado en búsquedas positivas. Mantente calmado, enfocado, y sé lo más efectivo que tú puedes ser.
2 Tesalonicenses 3:5
"Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y
a la paciencia de Cristo
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