Los seres humanos solemos ponerle sombras a
los momentos mas felices de nuestras vidas
opacando innecesariamente los mejores
momentos.
Cuando se está enamorado y se es
correspondido dejamos entrar sentimientos
negativos como los celos; los que producen
heridas y desconfianzas en la pareja
ocupando tiempos de felicidad, en tristezas.
En la vida diaria nos preocupamos mas en lo
negativo de las personas, que en lo positivo
Mas en lo material, que en lo espiritual, dándole
mas tiempo a las dificultades, que a las formas
de avanzar.
Resulta mas fácil quedarse estancado llorando,
sufriendo y renegando contra todo, por
errores o fracasos vividos, que darse el tiempo
de aprender de los errores y buscar las formas
de salir pronto de las dificultades
Una sonrisa alegre y un saludo amable son
como el agua no se debe negar nadie, sino
mas bien regalarla y tenerla siempre presente
porque dan felicidad, humanidad alegría y
hermandad a quienes las regalan y a
quienes la reciben.
Cuando se habla de amor y bondad se
debe tener siempre presente....que estos
sentimientos deben ser compartido con
todo lo que nos rodea y lo hermoso que
Dios creó para vivir bien, felizy en
comunión. La vida hay que vivirla y
disfrutarla en todo
momento con amor, bondad,
pensamientos y sentimientos
positivos, confiando en tus
posibilidades y especialmente en
Dios.
.
Un hombre, su caballo y su perro iban por una
carretera.
Cuando pasaban cerca de un árbol enorme
cayó un rayo y los tres murieron fulminados.
Pero el hombre no se dio cuenta de que ya
había abandonado este mundo, y prosiguió
su camino con sus dos animales (a veces
los muertos tardan un cierto tiempo antes
de ser conscientes de su nueva condición).
La carretera era muy larga y colina arriba.
El sol era muy intenso, y ellos estaban
sudados y sedientos. En una curva del
camino vieron un magnifico portal de
mármol, que conducía a una plaza
pavimentada con adoquines de oro.
El caminante se dirigió al hombre que
custodiaba la entrada y entabló con él,
el siguiente diálogo: Buenos días.
Buenos días – Respondió el guardián.
Cómo se llama este lugar tan bonito?
Cómo se llama este lugar tan bonito?
Esto es el Cielo.
Qué bien que hayamos llegado al Cielo,
Qué bien que hayamos llegado al Cielo,
porque estamos sedientos!...
Usted puede entrar y beber tanta agua como
Usted puede entrar y beber tanta agua como
quiera. Y el guardián señaló la fuente.
Pero mi caballo y mi perro también tienen
sed…
Lo siento mucho Dijo el guardián pero aquí
no se permite la entrada a los animales.
El hombre se levantó con gran disgusto, puesto
que tenía muchísima sed, pero no pensaba
beber solo. Dio las gracias al guardián y siguió
adelante. Después de caminar un buen rato
cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron
a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por
una puerta vieja que daba a un camino de tierra
rodeado de árboles.
A la sombra de uno de los árboles había un
hombre echado, con la cabeza cubierta por
un sombrero. Posiblemente dormía.
Buenos días – dijo el caminante. El hombre
respondió con un gesto de la cabeza.
Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y
Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y
yo Hay una fuente entre aquellas rocas dijo
el hombre, indicando el lugar.
Podéis beber toda el agua como queráis.
El hombre, el caballo y el perro fueron a la
fuente y calmaron su sed.
El caminante volvió atrás para dar las gracias
El caminante volvió atrás para dar las gracias
al hombre.
Podéis volver siempre que queráis...
Le respondió éste...
A propósito ¿Cómo se llama este lugar?
preguntó el hombre.
EL CIELO...
El Cielo? ¿Sí? Pero si el guardián del portal de
mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!
contestó el guardián.
El caminante quedó perplejo.
¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre!
¡Esta Información falsa debe provocar grandes
confusiones! – advirtió el hombre.
¡De ninguna manera!-increpó el hombre...
En realidad, nos hacen un gran favor, porque
allí se quedan todos los que son capaces de
abandonar a sus mejores amigos…
(Paulo Coelho)
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